La estructura habitual de los XMPP es tener un servidor, que se encarga de la comunicación con otros servidores y clientes, y un cliente, que es lo que tú utilizas para conectar al servidor.

El proyecto introduce un tercer elemento, el pod, que es básicamente una pasarela web a toda la infraestructura XMPP subyacente; un intermediario entre ella y tu navegador.

De esta manera, un canal público se convierte en un blog, un perfil público se puede cotillear como en cualquier otra red social, etc. Pero curiosamente, como los datos reales están almacenados en el servidor XMPP, puedes acceder a un pod aunque tu cuenta esté en otro servidor de la otra parte del mundo.

Por supuesto, puedes seguir usando tus clientes XMPP habituales para diversas plataformas, todo funcionará; y dependiendo de las capacidades de clientes y servidores, todo se sincronizará.

Bueno, es la magia del XMPP. Como siempre, lo más complicado de todo esto será convencer a tus amigos de que dejen de usar WhatsApp, Facebook, Twitter o lo que sea que usen y comiencen a usar XMPP, pero para eso ya te las ingeniarás.