Tener una máquina virtual Windows en Linux tiene varias utilidades: Si estás probando Linux por primera vez, te puede servir para “desengancharte” poco a poco. Sabes que tienes Windows ahí, y ese placebo te da el valor necesario para probar este nuevo y extraño mundillo que es Linux. Eres desarrollador y quieres ver cómo funcionan tus aplicaciones o servicios en Windows. Necesitas usar una aplicación para la que no hay alternativa nativa en Linux y que no puedes correr con Wine.
Tienes una máquina virtual Windows añadida a un dominio. La clonas, y al encender ese clon Windows se queja:
The name or security ID (SID) of the domain specified is inconsistent with the trust information for that domain
Ambas máquinas dejan de funcionar bien con el dominio.