Desde que entré en Fedora, me ha encantado por multitud de motivos, pero he de reconocer que, desde el instante en que metí el CD de instalación empezaron los problemas con Fedora 18. Prácticamente no ha pasado un día sin que me tope de narices con un bug nuevo. Al menos ABRT ha mejorado mucho y la mayoría los envía automáticamente, pero sigue siendo un asco. Es súmamente inestable, en serio.